Lo que debes saber sobre ONDAS DE CHOQUE

El tratamiento con ondas de choque, se basa en una tecnología altamente innovadora que utiliza ondas acústicas vibrantes para reducir la adiposidad localizada y eliminar la celulitis, mejorando como consecuencia, el tono y la elasticidad de la piel.

¿Qué es la Onda de Choque?

Las ondas acústicas se propagan en la zona tratada liberando y cediendo su energía a las células adiposas. El efecto de esta liberación de energía es el consecuente aumento del flujo sanguíneo y del sistema linfático. Dicho proceso estimula la producción de nuevo colágeno que favorece la reafirmación del tejido.

La onda acústica se genera a través del cabezal con forma de pistola, cuyo cañón está cerrado por la extremidad por un tapón metálico contra el que se lanza, mediante aire comprimido, un proyectil de acero, generando así una onda acústica (o sonora) que se propaga desde el punto de contacto con la piel hasta los estratos más profundos. Las ondas acústicas de alta energía que se introducen en el cuerpo bajo forma de oscilaciones de alta frecuencia, permitiendo entonces un tratamiento eficaz y duradero contra la celulitis (PEFS) de estadío I, II y III.

Las ondas de choque son un tipo de ondas de presión que se transportan a través de los tejidos y que llegan hasta las zonas doloridas del cuerpo. Son unas ondas muy especiales pues tienen un rápido cambio de presión, con amplitud y una periodicidad muy baja. Y su principal diferencia respecto a los ultrasonidos es que la cantidad de energía producida por las ondas de choque es mucho mayor.

Este tipo de ondas es muy utilizado en procesos médicos y de rehabilitación puesto que el cuerpo tratado con ellas reacciona aumentando el metabolismo y favoreciendo la reducción de la inflamación en el área afectada por la producción de endorfinas provocada por una acción analgésica desencadenante. De este modo se acelera el proceso terapéutico.

La terapia con ondas de choque tiene consecuencias muy beneficiosas para el paciente como la formación de vasos sanguíneos (angiogénesis) que ayudan a los procesos de reparación de los tejidos dañados.

La reversión de la inflamación crónica es otra de las ventajas del uso de dichas ondas, pues esta inflamación persistente necesita de unos componentes llamados mastocitos, cuya actividad aumenta con estas ondas acústicas, y se completan con la producción de quimiocinas y citocinas que mejoran el proceso inflamatorio.

También estimula la producción del colágeno, necesario para reparar los ligamentos y el mioesqueleto dañados. Las ondas obligan a las fibras de colágeno recién creadas a que se vuelvan más densas y rígidas por una estructura longitudinal concreta.

La acumulación de calcio provoca micro-desgarros u otros traumas en los tendones y la solución es que las ondas de choque rompan estas calcificaciones, permitiendo la reabsorción y eliminación de las partículas de calcio por el sistema linfático. También ayudan a la liberación de puntos gatillo, que son la causa principal del dolor de espalda, cuello y extremidades. Se trata de nódulos palpables en los músculos, llegando a cortar el riego sanguíneo en la zona y acumulando deshechos en determinadas zonas afectadas. Las ondas desbloquean la bomba de calcio y se liberan los puntos de activación, que estaban contraídos.