La cavitación estética es un tratamiento de lipoescultura no agresivo que no requiere intervención quirúrgica, ni hospitalización o anestesia, pues se lleva a cabo de manera ambulatoria en centros especializados, aunque también existen dispositivos desarrollados para el uso doméstico que se pueden emplear como tratamiento ayudante en dietas de adelgazamiento o para mantener los resultados de alguna intervención anterior.

El tratamiento consiste en aplicar varias sesiones reiterativas en un determinado plazo de tiempo indicado por el especialista entre treinta y sesenta minutos.

El número de sesiones a requerir dependerá en gran medida del problema a tratar así como otros factores adicionales como pueden ser la edad de la paciente y condiciones físicas.

La cavitación es un tratamiento seguro que no conlleva riesgos para la salud, no obstante, existen recomendaciones a seguir para optimizar los resultados y evitar la aparición de efectos secundarios como el beber suficiente agua durante el tratamiento para favorecer la depuración y drenaje de las zonas afectadas.

La principal aplicación de la cavitación estética es la de reducir las zonas rebeldes o con tendencia a la acumulación de grasas como las cartucheras, celulitis y contorno.

Esto se consigue a través de la disolución transdérmica de la grasa localizada mediante las ondas generadas por la máquina que pasarán al torrente sanguíneo y deben ser drenadas para que se expulsen al exterior. Ese es el motivo por el que se recomienda beber un mínimo de tres litros de agua repartido en varias tomas a lo largo del día para favorecer la expulsión.

Aunque la cavitación estética está sonando últimamente entre los tratamientos estéticos de moda, no es una terapia nueva, pues lleva en el mercado aproximadamente unos diez años desde que se lanzó en Estados Unidos, país pionero en incluirla en sus tratamientos de belleza y liporeductores para exportase posteriormente a otros países.

¿VENTAJAS DE LA CAVITACIÓN?

Una de las ventajas de la cavitación respecto a la lipoescultura tradicional, es que las ondas aplicadas sobre la zona afectada además de favorecer la lipolisis o drenaje de grasas, también ejerce un efecto beneficioso sobre la piel estimulando la producción de colágeno y elastina para prevenir la flacidez y celulitis que en ocasiones se producen en la liposucción estándar.

Otra ventaja adicional es que el no requiere de cuidados excesivos post-tratamiento como sucede con la lipoescultura o liposucción en los que se precisa llevar una faja reductora durante uno o dos meses para prevenir la distensión de la zona.

 

Hay que tener claro que la cavitación no sustituye a un régimen alimenticio saludable ni a una dieta de control de peso, pues aunque el contorno o perímetro de las zonas afectadas resulten visiblemente reducidos, se trata de un tratamiento estético que debe ser únicamente utilizado con dicha finalidad.

Por lo que aquellas personas con un problema de sobrepeso importante u obesidad, deberán someterse previamente a una dieta controlada para subsanar el problema y, recurrir a la cavitación estética únicamente como complemento una vez que se haya adquirido un peso saludable.

Aunque como hemos mencionado, el tratamiento no implica riesgos para la salud, cualquier persona que sufra algún problema de salud deberá consultar previamente con un especialista médico sobre la aplicación de dicho tratamiento con el objetivo de evitar complicaciones o interacciones con otros tratamientos farmacológicos que pudieran haber sido prescritos anteriormente.

Fuente: Cavitaciónblog.com